PRESENTACIÓN

P. Jesús Jurado Alarcón sdb
P. Jesús Jurado Alarcón sdb.


En los últimos años se ha dado mucha importancia a la relación: Educación-Comunicación. La educación, hoy, es la construcción de significados que tienen como base la comunicación; entendida como el conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que un educador utiliza en su relación con el alumno para establecer una buena comunicación cargada de sensibilidad y afectividad para ayudarle en su crecimiento.

La comprensión mutua entre educador y educando representa el aspecto afectivo de la comunicación; determina los estados emocionales del hombre en su relación con otros, el nivel de tensión emocional de la comunicación interpersonal. Se refiere a la comprensión tanto intelectual como emocional del interlocutor tomar en cuenta los motivos, propósitos y actitudes del otro, comprenderlos y aceptarlos intelectualmente, compartirlos emocionalmente, asimilarlos a la conducta propia.
En el enfoque histórico cultural se concede gran importancia al estudio de los procesos afectivos. Por una parte la efectividad del aprendizaje depende en gran medida de que los motivos en el sujeto que aprende coinciden con el objetivo para desarrollar habilidades y capacidades y por la otra, los aspectos éticos y emotivos no pueden formarse ni expresarse haciendo abstracción de los componentes cognoscitivos, como expresión de la unidad que el plano psicológico se da entre lo afectivo y lo cognoscitivo y en lo pedagógico se expresa en el principio de la unidad entre la instrucción y la educación.
Esta relación educativa y comunicativa se trastoca con la presencia de las NTIC´s, ya que las nuevas tecnologías median sin permisos en la vida escolar. Para algunos la comunicación mediada por las nuevas tecnologías facilita comunicar inquietudes, opiniones, etc. a través de la máquina que en la relación directa. Así también se establecen determinados símbolos para expresar estados de ánimos.
Las nuevas tecnologías posibilitan no solo el trabajo grupal sino el desarrollo del grupo. Estas experiencias se enmarcan dentro del llamado “aprendizaje colaborativo asistido por computadoras”, donde participan profesores y alumnos mediando la computadora.
La comunicación en el proceso docente no se puede simplificar entonces a la participación del maestro y del alumno como emisores y receptores, y a la dirección del flujo de información, aunque debe tenerlos en cuenta; constituye “un fenómeno complejo, donde se relacionan diversos sujetos,..., sobre las bases de reglas previamente establecidas, en un determinado contexto educacional. En este proceso de creación, recreación y negociación entran en juego práctica comunicativas de diversas índole: verbales, no verbales, audiovisuales, kinestésicas, etc; que se interrelacionan para constituir universos de significación” , y que determinan, en una compleja urdimbre de hechos y fenómenos pedagógicos, el nivel de efectividad del proceso docente previsto o improvisado por el maestro como protagonista que tiene en sus manos la dirección por diversas vías, medios y formas de esta proceso.
Por otro parte, nuestra preocupación es también conocer la Dimensión emocional humana del estudiante; (Céspedes 2007). El niño es mucho más que un espíritu audaz ávido por conocer y dominar el mundo natural y social que le rodea. Una afectividad sana es el eje en torno al cual germina y se enriquece el intelecto, se fortalece el sistema inmunológico y los distintos sistemas corporales funcionan con la perfección de un reloj suizo, permitiendo que el niño transite por la vida de manera armoniosa.
El término afectividad se refiere en neurobiología a la dimensión emocional humana, allí donde se organizan los afectos o sentimientos y se expresan en conductas.
En esta convención, pretendemos adentrarnos en las fuentes epistemológicas de la compleja y fascinante dimensión afectiva en su vertiente evolutiva, transitando desde lo neurobiológico a lo psicológico y de allí a lo ambiental o social, para que seamos conscientes de la magnitud de la responsabilidad que el Creador ha puesto en nuestras manos, en quienes eligió para asumir el papel de formador y/o educador para la vida, no solo por razones didácticas.

Daniel Goleman en su libro La Inteligencia Emocional afirma; las pasiones aplastan a la razón una y otra vez; esta característica de la naturaleza humana surge de la arquitectura básica de la vida mental.
Mientras nuestras emociones han sido guías sabias en la evolución a largo plazo, las nuevas realidades que la civilización presenta han surgido con tanta rapidez que la lenta marcha de la evolución no puede mantener el mismo ritmo. Así nuestro comportamiento y la forma como enfrentamos la vida están moldeadas no solo por nuestro juicio racional o nuestra historia personal sino también por nuestro pasado ancestral. Goleman (2000) “En conclusión con demasiada frecuencia nos enfrentamos a dilemas postmodernos con un repertorio emocional adaptado a influencias del pleistoceno”.
Las emociones y la inteligencia interactúan desde el desarrollo temprano del ser humano, es así que el grado en el cual los niños fallan en desarrollar sus capacidades cognitivas y sociales está relacionado con el grado en el que el formador/educador falla en satisfacer sus necesidades emocionales en las distintas etapas de su desarrollo.
La inteligencia no es hereditaria, sin embargo, determinadas estructuras neuronales sí lo son. Pero sólo influyen en el desarrollo de la inteligencia del hombre entre un 15 y un 20%. Lo demás es fruto del impulso vital donde los niños crezcan y eduquen, donde los padres y educadores configuren un entorno positivo para el desarrollo de su inteligencia; éste es el escenario de la labor del formador/educador.